
Desde el
pequeño pueblo de Santa María de Redondo y tras una ascensión progresiva,
atravesando los restos una antigua explotación minera de carbón a cielo abierto
hemos comenzado la marcha adentrándonos en el bosque de hayas entre escobas, acebos, majuelos, alisos y
calizas para arribar a la gran oquedad conocida como Fuente del Cobre donde nace
el río Pisuerga. Hemos de señalar que eso no es del todo cierto y que el
verdadero origen del río Pisuerga se encuentra unos kilómetros más allá en la
base del Pico Valdecebollas (2131m).
Durante
nuestra ascensión en la que la nieve, el
agua y el barro han sido nuestros grandes compañeros hemos podido ver algún que otro
caballo y sentido la presencia de numerosos ciervos a través de sus restos. Dentro
de la oquedad y usando linternas y frontales, nuestros escolares se han
convertido en aprendices de espeleólogos para poder sentir la oscuridad y el
silencio total a través de una actividad realizada en la cueva. Posteriormente
bajo el techo de roca hemos comido para reponer fuerzas e iniciado el camino de
regreso por la otra vertiente del valle a través de una senda que toma altura para descender por un
camino donde los robles toman protagonismo. A pesar de la lluvia y la nieve que
nos ha acompañado hemos acabado la jornada con no pocas anécdotas y buen sabor
de boca.
Al
finalizar la ruta y después de cambiarnos de ropa hemos iniciado el camino de
regreso parando en Cervera de Pisuergapara poder hacer un pequeño receso y continuar
nuestro largo viaje de retorno.
La
jornada además de larga ha sido ampliamente aprovechada para conocer diversos
aspectos de la flora y fauna de la zona la zona, arquitectura popular,
geografía y geología… además de para vivenciar situaciones motrices en las que la
coordinación óculo-manual, la regulación de esfuerzos físicos y adaptación al
medio natural se han puestos de
manifiesto.
Dejamos
aquí el track de la ruta que hemos realizado así como un pequeño reportaje
fotográfico de la jornada.
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